Ayer me levanté, lo primero que vi: el cielo;
nunca he sentido nada tan pleno,
era de noche y de día al mismo tiempo.
"Vuelve" te dije, y no me oíste.
Prometiste volver pero no lo hiciste.
Quise verte, pero era tarde; se adelantó la muerte.
Y aún recuerdo la habitación del hospital,
tu cara hinchada sin poder respirar.
No me atreví ni a mirarte a los ojos.
Quise mantenerme cuerdo... pero me volví aún más loco.
¡Vuelve! aún me quedan tantas preguntas que resolver,
tantas historias que escuchar,
tantas palabras de las que aprender.
Pero ya no puedes hacer nada,
tu cuerpo ya no está con tu alma.
Las sirenas ya resuenan en mi cabeza,
pero las ignoro, cerveza tras cerveza.
La locura es tan cercana a la cordura, que discuten,
en la calma tras la tormenta, ellas siempre irrumpen.
Dedicada a mi abuela.
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