Tú, que permaneces intangible,
En mi mente dejas de ser sueño.
Das de lado a la libertad de la que eres presa,
y juntos somos libres, encerrados en el amor.
Yo, que en tu vida ni existo,
en tus sueños aparezco por doquier,
y dejo de creer en la casualidad del amor,
siendo el hecho en tal mi único amo y señor.
Nosotros, que ni siquiera nos conocemos,
dejaremos de ser tú y yo,
pasando así a la historia en el amor,
con una revolución descrita por los dos.
Y ellos, ellos que no hacen más que molestar,
de nuestro alma desaparecerán,
y sin dejar huella alguna,
la ciudad entera quemarán.
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