El pasado Viernes 21 de Octubre se realizó la celebración de los conocidos y honorables Premios Príncipe de Asturias en su trigesimo primera entrega aquí en Oviedo, capital del Principado.
Como sabreis, el galardonado al P.P.A. de las letras este año ha sido para el músico, compositor y escritor de origen canadiense y judío Leonard Cohen. Debido a esto, estos últimos días se han organizado en distintos lugares del Principado de Asturias varios eventos en honor a esta figura que estos días nos acompaña en nuestra tierra. Actos como la recitación de varios de algunos de sus poemas y canciones en la Biblioteca Municipal de Oviedo, o el "emotivo tributo" que tuvo lugar hace dos días en el Teatro Jovellanos de la ciudad de Gijón al que, evidentemente, asistió él mismo y entre otros el cantante, compositor y admirador confeso del Sr. Cohen, Nacho Vegas quien cantó junto a otros grandes músicos algunas versiones de sus canciones. El acto concluyó con el Coro de la Fundación Príncipe de Asturias.
Pero a lo que vamos, ayer Jueves, se celebró en el Paranínfo de la Universidad de Oviedo (Edificio Histórico de la Universidad) otro tributo más al premiado consistente en la reunión de varios ex-alumnos del Campus Universitario de Humanidades y Letras del Milán (Oviedo) que empezaron su carrera musical en ese mismo lugar. Este evento al que acudieron unas 120 personas (más el personal autorizado) constaba de un concierto ofrecido por estos ex-estudiantes de letras. En el escenario se encontraban previamente y de una manera casi fija los siguientes músicos: Eva Díaz (Batería), Jacobo de Miguel (Teclados), David Varela (Acordeón) y Ana Fernandez (Violín) (He de añadir que me enamoré de Ana Fernandez incluso en la cola, cuando ni sabía quien era ni qué hacía ahí) posteriormente acudió a la palestra David Casillas (Contrabajo) y Mar Álvarez (Guitarra) que presentaba el evento. A parte de estos músicos base, en cada canción iba subiendo un cantante diferente de manera rotativa.
El concierto empezó con un tema intrumental ofrecido por la banda base, inmediatamente fue presentado el primer invitado de la noche, Xabel Vegas. Era un hombre bastante alto, iba vestido con colores otoñales, un pantalón marrón y una americana marrón con coderas también marrones, un pelo castaño claro (marrón) con un peinado de raya a un lado, un bigote, también marrón y unos pequeños ojos azules. Cantó "Famous Blues Raincoat" con un inglés al que se le notaba una gran falta de pronunciación, ya sabeis, ese inglés que todos aprenden leyendo en clase pero que no se perfecciona si no pasas una temporadita en algún país anglosajón. Recuerdo que la canción era algo lenta y tampoco me llamó mucho la atención, aunque me gustó.
Después de Xabel Vegas subió al escenario Fernando Marín. Iba muy bien vestido con una camisa negra y unos tirantes blancos, este no sólo cantó sino que además tocó la guitarra, el tema que eligió fue "First we take Manhattan" que tocaron genial la verdad es que me gustó mucho, le aumentaron el ritmo y le metieron algo de "caña", me quedé satisfecho.
A continuación subieron dos personas, un chico y una chica. Eran rubios, de ojos azules, altos, distantes, no se movían mucho y se veía en su cara que vivían lo que cantaban, parecían de algún país del Norte de Europa, pero no, eran de aquí mismo; Fany Álvarez y Jose Luis García (ex de Manta Ray) que hoy día tocan en "Elle Belga" creo que cantaron "Who by fire", estuvo interesante. Eran tiernos y fríos, de vez en cuando se agarraban al micro y ese era el mayor movimiento que hacían, sabían como conjuntar sus voces creando una sensación como dije antes más bien dulce. No me desagradó.
Montse Álvarez fue la siguiente en pasar a escena; bajita, con un vestido negro, el pelo rojo y liso y bajita. Se subió a una silla y se notaba que tenía bastante confianza con Mar Álvarez, era -Como el anterior- bastante carismática y encantó al público con la canción que cantó que había sido (espero no confundirme) "So long, Marianne". Una mezcla de una voz dulce, calmada pero no extremadamente aguda, se movía en una tesitura muy cómoda al oido, llegaba a tonos altos y poco a poco bajaba como una hoja cuando cae del arbol. Me gustó mucho.
Tras la calma llegó la tormenta. Un hombre alto y delgado, con un traje rojo oscuro y unas insinuantes patillas, su cara era más bien parecida por no decir clavada a la de Quentin Tarantino. Era Igor Paskual, cogió la acústica, hizo una gracia y procedió a tocar la canción que había elegido que era nada más y nada menos que "Hallelujah". Al igual que sucedió con "First we take Manhattan" esta versión de Hallelujah fue algo -bastante- más animada que la de Mr. Cohen. Un rollo muy Rock 'n' Roll Elvisiano, Igor Paskual dio la talla con su versión que hizo dar palmas al ritmo del famoso hito en la historia de la música a una sala repleta de un público de lo más variopinto, lo que demuestra lo mucho que une la música a las personas por muy distintas que sean en principio. Me gustó muchísimo.
Después... ¿Cómo decirlo sin que nadie se sienta insultado? ¡Ah, ya lo tengo! Después se subió al escenario Nacho Vegas. Lo siento, sé que muchos me intentareis crucificar después de decir esto, pero por muy bien que escriba el Sr. Vegas, a mí no me agrada en absoluto. Muchos habían ido a verle exclusivamente a él, se notaba en los aplausos que le dieron al ser anunciado. Nacho Vegas había estado el día anterior con Leonard Cohen así que estaba de "doblete". Tocó una canción adaptada al castellano "La Canción del Extranjero" y no, no pudo tocar únicamente una canción como había hecho el resto, no, tuvo que tocar una más. En esta Mar Álvarez y Montse Álvarez le acompañaron a coro, era una canción que había hecho famosa Cohen pero adaptada no al español, no, decidieron ir más allá, la adaptaron al asturiano, "El Partisanu". La canción no estuvo mal. Se subieron el carro para esta versión que adaptó al asturiano David Guardado, Chus Neira al hammond y Roberto Nicieza a la batería. La primera no me hizo especial ilusión pero la segunda me gustó algo.
La siguiente en subir fue la hermana de Mar Álvarez, Alicia Álvarez, que estaba embarazada, algo que dejó KO a la sala, nunca te esperas que suba al escenario una embarazada y mucho menos a cantar, pero lo hizo, y vaya si lo hizo. Fue genial, una voz impresionante, soul, blues, llámalo X, ya sabeis a lo que me refiero. El fraternal dúo de "Pauline en la playa" interpretó "Dance me to the end of love" que estaba llena de energía, esa energía que sólo las mujeres saben sacar de si mismas. No podías dejar de fijarte en su barriga y en pensar cosas como "-Imagínate que da a luz aquí por los nervios de la situación" y a pesar de eso no te distraías de lo que estaba cantando. Me encantó.
Concluyeron el concierto con la misma pieza instrumental con la que habían empezado.
Espero que os guste.
Xuan G. Vijande
Otros enlaces: Hipersónica.
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