Respiramos gasolina,
aliñamos nuestras vidas con narcóticos y formol.
Somos autómatas en un mundo sin vida.
Somos números en su nueva "solución binaria",
Datos que no responden a ningún patrón.
Somos los maestros de este sendero sin final,
donde los sueños, de mayores quieren ser realidad.
Flotamos en líquido amniótico y no necesitamos respirar
resultado de ríos de cruda realidad,
Quedamos filtrados por la necesidad de no querer ver la verdad.
Somos fans del Führer enviado por Satanás.
Estamos muertos sin saberlo,
pues no queremos saber que,
hemos perdido la libertad.
Me guuuuuuuuuuuuuuuuushta
ResponderEliminarLas lonjas estarán vacías y mil neumáticos arderán. Los pescadores no saldrán al mar y los agricultores taparán el asfalto con sus tractores. Pero ni aún así. El precio de la gasolina seguirá imparable. Arderán las calles y todo seguirá igual. Haremos chistes sobre el asunto. La gasolina se dispara y en Bolivia los niños se suben a la parte de atrás de los autobuses para inhalar los gases de su combustión. Ya no nos sabe tan bueno el olor de las gasolineras. Quedarán las lonjas vacías y la autopista llena de llamas y no pasará nada.
ResponderEliminarLa ciudad huele a gasolina.