1er capítulo:
Me despierto por las voces de mi madre que me dice que tengo que ir a Madrid. Todo va bien, es pronto, son las 7:30 y tengo que coger el bus a las 8:10. Me levanto, me estiro y voy a ducharme, me extiendo, estoy nervioso y necesito relajarme con el chorro de la ducha en la nuca. Salgo de la ducha, me visto, desayuno y me voy a coger el bus. Llego a la parada y veo al bus irse, esto es una gran putada ya que el siguiente bus es a las 9 y tengo que coger el bus a Madrid a las 9:30. Afortunadamente había pasado el último mes (y un poco más) sin recibir paga para pagarme el viaje de ida y vuelta a la capital y de paso llevar algo de dinero. Gracias a las últimas inversiones de mi abuelo conseguí recaudar la friolera de 70€, así que llamo a un taxi para ir a la estación a tiempo. El taxista era Arcadio, que es un personaje clave en el día a día de los morciniegos (habitantes del concejo de Morcín). Durante el viaje hablamos del frío, del tiempo y de la mala situación que vive Oviedo debido a las deudas, también hablamos de la masificación en la construcción de rotondas llegando al puto de construir rotondas en sitios que no llevan a ningún lado ya que al parecer "ningún pueblo es nada hasta que no tiene una rotonda" de ahí que Santa Eulalia de Morcín tenga incluso dos.
Me deja en la estación y dado que llego con una hora de antelación me pongo a deambular por la zona, hay muchos mayores, cosa del inserso. Cuando quedaban más o menos 25 minutos para que saliera el autobús recordé que tenía que comprar algo de beber para el viaje. Voy al Alimerka que está al lado de la estación y advierto que está cerrado, no pasa nada, "Sábados: 8:15..." cita el cartel de la entrada. Doy unos pasos atrás, vuelvo a cruzar en sentido contrario el paso de cebra que separa la estación y un hotel Tryp del Alimerka, llego a la estación y doy la vuelta al Alimerka. No sabía muy bien que comprarme así que me compré una botella de agua de la marca alimerka de 1.5 litros.
Al llegar a la estación me encuentro a mi compañera de viaje y concierto, Taly, que estaba esperando con su madre. Me siento con ellas un rato, dan las 9:25 y nos situamos en la cola para el bus. No hay mucha gente, más de medio bus está vacío, tenemos delante a una pareja de modernos; ya sabéis, los típicos modernos. Barba poblada, camisa de cuadros rojos ceñida abotonada hasta el cuello, pelo corto, gafapasta, pitillos ajustados y su respectiva novia moderna con peinado de los 80 y un colorido pero discreto vestido también muy "eighties".
En el bus intento dormir, pero no puedo. Me pongo a hablar con mi colega de cosas varias, nos echamos unas risas. Después de un rato me entra mucha sed así que empiezo a beber agua a pequeños tragos compulsivamente (Terminé yendo 3 veces al baño en todo el trayecto). Nos ponemos a escuchar música, un poco de Oasis para entrar en materia. Noel y Liam a partes iguales, sin hacer distinciones ante el inminente concierto que se avecinaba y del que aún eramos parcialmente consciente. Cantamos a un volumen aceptable, mi mayor razón era averiguar si los modernos que teníamos delante iban a ir a ver a Noel Gallagher también porque, en fin, ¿Quién hace un viaje de 600km de Oviedo a Madrid un Sábado por la mañana vestido de esa manera? (Al final creo que no fueron.) Hace Sol, estoy feliz, me entra hambre, ya no estoy tan animado. Afortunadamente el conductor hace una parada de 20 minutos en un extraño pueblo de Zamora llamado "Villalpando". Me compro un bocata por el que me cobran 1.30, sé que es un bocata y no un pincho pero me sigue doliendo. Esto me anima bastante.
Volvemos al bus, otra vez a tocarle las narices a los de adelante para demostrar una idea que se me había pasado por la cabeza, pero con las pilas cargadas. Esta vez ponemos algo de los Beatles, dos canciones, después pasamos a un pequeño popurrí de "British Moderneish" Eg: The Smiths, Pixies, Joy Division... cuando nos vemos repentinamente atrapados en una espesa niebla que ha aparecido en un visto y no visto. En Asturias estamos acostumbrados a los llamados "microclimas" y que entre un valle y otro haya tiempos completamente distintos, aquí al no haber montañas esto ocurre porque sí, sin ninguna clase de barrera física visible.
—Esta niebla me apaga. —Digo.
Entre la profunda y densa niebla en la que nos encontramos vislumbro repentinamente una forma, una cara conocida, pienso —No puede ser—. Pero sí, es, es la cara de Jesús en la parte de atrás de un camión que transporta conservas. Increíble.
Pasan un par de horas hasta que vuelve a salir el Sol y la cosa se vuelve a animar. Nos acercamos a Madrid y yo empiezo a darme cuenta de lo que estaba sucediendo. Iba a ver a Noel Gallagher en directo, era algo impresionante, ¡y voy prácticamente sólo! Empiezo a distinguir de entre las extensas llanuras de tierra hierma por el Otoño, pequeños bosques artificiales y otros de encinas, cómo poco a poco se apodera del paisaje una monstruosa masa ingente de edificaciones cimentadas. Sinceramente, era lo más vivo que veía en unas 3 horas.
La entrada en la "corte" se hace larga. Atravesamos campos y campos de edificios con letreros enormes que hacían referencia a todas esas empresas de cuyas producciones gozamos tanto en toda España. La más sonada quizá sea "SEGA".
Pasa más de media hora entre que veo la ciudad hasta que llego, pero por fin, estamos allí, en la Capital, una de las ciudades que me vio crecer, el sueño de todo artista "underground". Madrid, is good to be here.
Continuará...
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