Duele, dolía;
falseo, actúo;
rompo, estropeo;
Una vez más
me escaqueo.
Eludo la responsabilidad de latir o respirar,
y contemplativo, me dedico a especular
sobre los infinitos universos que nos creé.
Pedro, jugando con su copa;
Alicia, saliendo a fumar.
Mi alma, perdiendo la ropa,
y el rubor,
y mis estribos por los suelos,
la dignidad en el cielo:
el tonto sigue mirando al dedo.
Soy yo,
la esencia de mí mismo,
yo y mi situación:
estado mental de excepción;
trincheras en los ojos,
bombardeo de lágrimas,
la felicidad como rebelión,
tú y yo y nuestra revolución.
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