el agua juega con las calles,
crean canciones indescifrables.
Tú caminas con rapidez
rompiendo los ritmos del azar.
El cristal se rompe,
los bebés lloran,
las paredes tiemblan,
tú pestañeas.
Me preguntas qué hago,
—Huir—, te digo.
Me respondes que a dónde,
te digo que no lo sé.
Me susurras que todo estará bien.
Pierdo los papeles que
se convierten en pájaros
que explotan convirtiéndose
en nubes de melaza.
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