El primer recuerdo que
tengo del sueño es estar en una piscina. Mientras yo estaba fuera
veía como se bañaba una chica con la que yo había estado hace
tiempo a la que llamaremos “SujetoA”, se sumergía e iba buceando
hacia la parte en la que estaba yo. Al salir se ponía a hablar con
un chico que estaba entre echado y sentado al borde. Se besan. Supuse
que eran pareja. Entonces yo me acercaba a ellos y le decía al
SujetoA “Te quiero, no puedo vivir sin ti. Me da igual compartirte,
pero déjame intentarlo de nuevo”. Ella me besaba.
A partir de ahí la
aventura continuaba con más “personajes”. SujetoA, al que no
conocía, que será apodado Pedro. También venía con nosotros un
amigo mío al que llamaremos Iker.
El sueño parece dejar
entrever razones por las cuales se había llegado a esa situación en
la que yo pedía otra oportunidad. Al parecer yo tenía una especie
de don cuando era pequeño: era capaz de ver como iba a morir la
gente. Una de las visiones que tenía en la juventud había sido la
de la muerte intencionada de los Reyes de España en una especie de
azotea. Esa visión me había atormentado toda mi vida y me había
hecho centrarlo todo en lograr el objetivo de salvar la vida a los
Reyes hasta el punto que me había convertido en Detective privado.
Esta pequeña gran obsesión hizo que ninguna de mis relaciones
sentimentales pudiera triunfar, la que tuve con SujetoA entre ellas.
Estábamos todos
hospedados en el mismo lugar, lo que me hacía suponer que yo me
había pateado un montón de Kilómetros con mi amigo para convencer
al SujetoA de volver conmigo. El lugar donde nos habíamos quedado
era un camping en Nigrán (Galicia) cerca de Vigo, que se llama
“Camping Playa América”, un lugar donde pasé 4 veranos con mis
padres y hermana.
Pedro trabajaba en aquel
camping. Ese día había una especie de fiesta, algo como el “Día
mundial del camping” y todos llevaban camisetas amarillas menos
Iker y yo.
Caminaba con SujetoA
mientras me daba cuenta de que yo realmente ya conocía a Pedro de
cuando iba al camping de pequeño, porque él también iba con sus
padres. Él era alto, rubio, de ojos azules (aunque a veces en el
sueño era castaño). Mientras caminaba con SujetoA se me ocurrió
decir que Pedro me parecía muy muy atractivo, y ella dijo que podía
liarme con él si quería, que también eramos pareja. Eso me pareció
muy extraño.
Ya de noche subimos a
nuestra habitación, ahora teníamos una conjunta. No eran
habitaciones como de hotel, aunque el edificio en el que estaban era
más bien parecido a un hotel las habitaciones eran pequeños
apartamentos, con un pequeño salón, camas y una habitación. La
nuestra, en concreto, tenía una pequeña terraza a la que se accedía
por una puerta corredera de cristal. Subimos un momento pero bajamos
de inmediato. Pedro y SujetoA bajaron en un ascensor y yo iba a bajar
en otro con Iker, pero se subió una chica e Iker salió del ascensor
justo antes de que se cerraran las puertas. La chica, que era más
bien gorda y fea, empezó a insinuarse y yo la verdad es que no
quería nada con ella. El ascensor se paró de golpe y ella se cayó
encima de mí. Yo intentaba alejarla de mí.
Mientras tanto, en el otro
ascensor, que también se había parado de golpe, SujetoA cayó
encima de Pedro y decidió hacerle una felación.
Los ascensores volvieron a
funcionar y yo salía sin camisa. SujetoA terminó dándose cuenta de
lo que había hecho y se enfadó mucho conmigo. Después de un rato
hablándolo con Iker, me fui a un bar a tomar algo y a pensar en cómo
podía arreglarlo. De pronto entraron Iker, Pedro y SujetoA en la
cafetería. Me armé de valor, me levanté y empecé a hacer un
discurso, quedando en ridículo delante de todo el mundo. Terminé mi
desesperado intento de volver con ellos lanzándoles 20 euros en dos
billetes arrugados de 10 al grito de “¿Queréis dinero? Tomad
dinero ¿Queréis que me comprometa con esta extraña relación? Lo
haré. Dadme otra oportunidad”.
Era extraño, ahora quería
que los dos me dieran una oportunidad. Y lo conseguí.
Subimos a la habitación y
allí me acerqué a la puerta que nos separaba de la terraza, sentía
algo que me hacía acercarme a esa terraza, algo que me daba miedo,
pero que me hacía sentir intriga. Cuando me di cuenta en el cristal
me reflejaba yo mismo, pero era un yo de 7 años de edad. Me miraba
casi sin una expresión que te dijera que estaba enfadado, alegre, o
nada, pero decía algo. De pronto tuve un flash en el que veía a los
Reyes muertos en esa misma terraza. Había soñado veces y veces con
la visión, pero nunca la había tenido de aquella manera, así que
llamamos a una persona para que me ayudara, una especie de Medium.
Cuando tocaba pagarle nos faltaban 10 euros y yo dije “¿Pero no
cogisteis los 20 euros que os tiré? La respuesta fue negativa. El
supuesto “medium” sacó una pistola y amenazaba con disparar a
Iker, hasta que lo hizo, le disparó en la cabeza. Todo era demasiado
cargado. Muchos nervios, muchos gritos, lloros, y entre todo el
bullicio, Pedro sacó una pistola y disparó en la cabeza al asesino
de Iker. Yo le gritaba “¿Qué has hecho? ¿Qué cojones has hecho?
¡Ahora te encerrarán! ¿Qué has hecho?” todos llorabamos, me
acerqué a Íker, pero ya era demasiado tarde, la bala le había
disparado casi a quemarropa a la cabeza y había muerto de inmediato.
Yo no me lo podía creer.
Desperté y me mantuve
despierto unos 15 minutos. Del siguiente sueño recuerdo más bien
poco. SujetoA y yo sentados frente a frente en el bar de una estación
de servicio. Escapando de aquel recuerdo en el que veíamos morir a
Íker y a Pedro asesinar a alguien.
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