Me da miedo cerrar los ojos
y perderme en el laberinto de mi alma,
y no saber si vivo o recuerdo,
si existo o si tan solo pienso.
Si el alma de las palabras queda vivo
mientras yo muero aquí fuera
y mis sentimientos se congelan
y se rompen en pedazos que duelen.
El viento atraviesa mi mirada
y deforma la realidad esperpéntica
con magia navideña y caridad
de bestias indolentes,
perdidas como yo.
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