jueves, 3 de febrero de 2011

Prosustantivo.

Tú, que permaneces intangible,
En mi mente dejas de ser sueño.
Das de lado a la libertad de la que eres presa,
y juntos somos libres, encerrados en el amor.

Yo, que en tu vida ni existo,
en tus sueños aparezco por doquier,
y dejo de creer en la casualidad del amor,
siendo el hecho en tal mi único amo y señor.

Nosotros, que ni siquiera nos conocemos,
dejaremos de ser tú y yo,
pasando así a la historia en el amor,
con una revolución descrita por los dos.

Y ellos, ellos que no hacen más que molestar,
de nuestro alma desaparecerán,
y sin dejar huella alguna,
la ciudad entera quemarán.