martes, 24 de noviembre de 2009

Capítulo 2: Revolution

Hoy martes, he estado pensando una cosa, pero no pensar superficialmente hablando, no, me he parado seriamente a reflexionar sobre algunas... como llamarlo, leyes...
Pero no leyes buenas, si no más bien, leyes que nos privan de nuestra "libertad".

Pongo como ejemplo que hasta hace bien poco, nosotros, y cuando digo nosotros me refiero a mi grupo de amiguetes y colegas, salíamos con guitarras y tal, y nos sentabamos delante de un bar a tocar... estuvo bien, hasta que llegaron las quejas y ya no podemos tocar alli, ya que amenazaron de denunciar al bar y que lo cerrarían, y si cierran el tertu... nos curran a hostias.

Hace pocos años, hablando desde lo relativo que es el tiempo, pongamos que... no se, hasta hace unos 8 años, en las calles de oviedo habían unos conciertos llamados, "Conciertos callejeros" que consistían en grupos, tocando en escenarios improvisados, cada día en una calle distinta, pues bien, eso estuvo bien, hasta que llegaron los amables vecinos de esas zonas y se quejaron diciendo que los prohibieran... hoy en día estos conciertos han desaparecido.

Y no solo es eso, tambien existen impedimentos morales, también llamado vergüenza, yo llevo unos meses, cantando sin parar, y a la gente le cuesta mucho acostumbrarse, por ejemplo, el otro día (ayer) una chica a la que acompaño hasta su instituto de la que yo voy al mio me dijo que dejara de cantar, que le daba mucha vergüenza porque cantaba muy alto, y yo le dije, pues claro, la música es mi vida, y ella cometio un gran error, lo cometió diciendo que existe una cosa llamada "respeto mutuo" y que me imaginara un mundo en el que todos los que quisieran fueran cantando por ahí, y yo me di cuenta de que así todo sería mucho mas facil, las calles serían mas felices, escucharías melodias a cada paso y la gente perdería esa vergüenza a expresar sus sentimientos, ¿os habeis dado cuenta de lo grises que son las calles? me entristece que la gente no se quiera expresar en alto, el otro día hice el experimento de salir cantando por la calle desde la parada del bus hasta la clase de música, y no se, la gente no estaba acostumbrada, aunque no les importaba, no llego nadie diciendo que me callara, y tampoco aparecio un policía poniendome una multa...

POR DIOS! saquemos todos nuestros instrumentos, salgamos a tocar a la calle, en una gran reunión, y concienciemos a la gente!

Es la gran reflexión de hoy, y no pido nada dificil, no pido dinero, no pido violencia, pido... libertad.

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