jueves, 16 de junio de 2011

De Pedro a Alicia III.

Déjame jugar con los lóbulos de tus orejas de mazapán y oler tu esencia de fresa, déjame entrar una vez más, sólo para ver qué hay detrás y así poder desvelar el secreto de sensualidad que esconden tus labios, que aunque me dicen que pare sé que tus ojos me piden a cada pestañeo que me atreva a atravesar los oscuros senderos color miel de tu vergonzoso íris, para así llegar al oscuro precipicio de tu pupila y, por fin podré saber qué miras con tanto deseo cuando te pregunto en qué piensas.

Bella dama indiscreta carente de pudor, qué gran error fue querer retenerte en la jaula de mi memoria aliciente. Destructiva, gentil, alegre y deprimente, grito de ultratumba y susurro valiente. Versión catastrófica del amor, fatal dama llena de dolor. Inspirada fuente de inspiración, deseo del más rico, incendiaria y sanadora, frágil y transparente, ventanal lleno de colores que sólo se ven con el alma, pura de corazón y hecha de veneno puro, ático neoyorkino y zulo. Pero para mí sólo eres un grano en el culo.

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