domingo, 21 de abril de 2013

La realidad es ahora

    Si no escribo me siento vacío y demasiado lleno de sensaciones que no asumo como mías. No doy voz a las historias que viven en mí. Sólo vivo la realidad, y la realidad es aburrida. Una continua sucesión de medios. Una eterna carrera de final conocido.
   
Sin recuerdos no somos nada. Sin pasado no hay presente. Sin presente no existe futuro. 

    Un borracho lo llamó "porvenir", porque no venía nunca; y nunca llegó. Estaba en lo cierto.

Mi más sentido pésame, 
porque me pesa el cielo en los hombros. 
El futuro es una losa de mármol inamovible y sagrada. 
El porvenir son alas de luz y viento. 
Las expectativas, que mueren a cada segundo, 
viven en los ojos de la chica que se ha reservado 
una pequeña parcela en tu mapa de recuerdos a olvidar.

    Me he escrito en la mano que tengo que amarte, vida mía, porvenir, porque vivo con miedo a renunciar a ti, y vivir en un eterno presente, sin falsos proyectos en los que refugiarme, porque falso es el segundo que no ha llegado. Porque auténtico sólo es el "tic"; y el "tac" es sólo añoranza porque el mañana sea igual que ayer.
  
No hables, calla y respira. 

    Caí en la cuenta de que enamorarse es un segundo, y desde entonces vivo cada instante como si fuera eterno, porque si la eternidad se acaba en el fin de su existencia, el infinito alcanza el pequeño recorrido de tiempo entre recuerdo adulterado por sentimientos, y el futuro que nos han enseñado a ver.

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