y los sueños pesan más.
Tú te alejas,
y tu risa queda atrás.
Ya ni te veo.
Pasaste de ser la línea que limitaba mis sentimientos,
a ser un punto perdido en el horizonte.
¡Malditos ojos rojos y cansados
[que no te saben ver!
[que te dejó escapar!
Mira –dijo–, todo lo que baña esta luz un día será tuyo.
Y de pronto calló el telón.
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