miércoles, 29 de mayo de 2013

Los recuerdos infinitos

Ninguna pronuncia el tiempo como tú lo haces,
así, deteniéndolo mientras lo despeinas.
Atrapándolo en el recuerdo
de tu sonrisa.

Lloro el paso del tiempo,
que emperifollado, ya ni me saluda.
Corre con prisa.

Un escalofrío recorre mi sombra
y dejo mis pies marcados en esta playa
de relojes de arena y agua con sal,
y pienso en tu carmín sobre aquella copa.

Las sombras, vida mía, son mi recuerdo.
Y a veces te encuentro 
en las luces de las noches más oscuras.
Recuerdos, esta vez borrosos, quedan
opacos y hundidos en la exasperación
de no cruzarme al olvido en cada esquina
muerta, rota y gris,
y humeda y gastada
de tanto amar sin amar
a pasados recurrentes muertos.

1 comentario: