sábado, 10 de marzo de 2012

Historias de corrientes y sentimientos.

Viento, si yo te dijera la verdad,
si por un momento te detuvieras
en este mar de lágrimas y maremotos
para escuchar todo lo que te tengo que decir.

Tengo muchas historias que contarte,
y tú tendrás mil más,
¿Por cuantos países has viajado?
Cuéntame, viejo viento, tus aventuras
a través de los tiempos y del espacio.

Tú has visto más corazones que nadie,
así que, por Dios, deja de resoplar,
cuéntame dónde has estado
mientras yo no te respiraba.

Dime, Viento, qué corriente llevas hoy,
Cuántos árboles has hecho caer,
cuántas casas has arrancado de cuajo,
a cuántos niños has visto nacer
y a cuántos has hecho llorar.

Deja de abrazarme, de acariciarme,
de atravesar mi alma.
Deja de ver lo que pasa en Japón
y dime, por favor, antes de viajar,
dime si me has echado de menos o más,
porque te he oído susurrar mi nombre
a través de las ramas de ese viejo ciprés
"Xuuuan... Xuaaan..." te oí decir.
No te hagas el tonto y dime ya,
si en esos largos viajes por debajo del mar
oíste a los peces contarse secretos.

No, da igual, ya puedes irte.
Viento del Norte, déjame en paz,
porque ya no te quiero contar secretos,
ya no quiero que me atravieses,
ni que susurres mi nombre,
así que tira ese viejo ciprés.

Vete, viento, vete,
vete, que no te quiero ver.

No hay comentarios:

Publicar un comentario